Nota del editor Vol. 2
Miguel Francisco Marrero Sánchez
Presidente de la Comisión de Tecnología
Primeramente, es menester puntualizar el título del libro, ya que, en efecto, la Constitución de Puerto Rico establece que: “Toda persona tiene derecho a una educación que propenda al pleno desarrollo de su personalidad y al fortalecimiento del respeto de los derechos del hombre y de las libertades fundamentales”.[1] Esto es importante porque, en ocasiones, por la realidad política, económica y social en la que vivimos, perdemos de perspectiva que el derecho a la educación es una obligación jurídica que tiene el Estado para con nuestros niños, jóvenes, y ciudadanos, y no es un regalo que este ofrece. Y como parte de esa obligación que tiene el Estado de proveer y garantizar una educación adecuada, se incluye el deber de preparar a los ciudadanos para el futuro y para que sean ciudadanos que aporten a la sociedad con sus habilidades, capacidades y experiencias.
Comentaba con los compañeros, que muchos de nosotros estábamos conscientes de que Puerto Rico tiene un nivel de pobreza bastante considerable. Ello, reciente, o, no tan recientemente, afloró con María, los temblores, y el COVID. Sin embargo, me parece muy importante que el libro presenta datos tan puntuales y alarmantes, que uno se queda perplejo con la información. Quiero compartir, al menos varios de esos datos que me parecen interesantes:
- En la pasada década, más del 56% de la niñez en Puerto Rico vivió de forma consistente en pobreza.
- Menos del 50% de la niñez que nace en ambientes de alto nivel de pobreza está lista para comenzar la experiencia escolar a los 5 años.
- El 23% de los estudiantes pobres pertenecen al programa de educación especial
- Los estudiantes de educación especial provienen en su mayoría de ambientes de pobreza.
- Puerto Rico tiene una mayor cantidad de estudiantes de educación especial en comparación con todas las jurisdicciones.
Esto es importante, no solo porque es una especie de “golpe” con la realidad, sino porque convierte a la pobreza en la variable más importante que incide en la población escolar en Puerto Rico.
Conforme se establece en el libro, la variable de la pobreza se va a manifestar desde los inicios del embarazo. Me parece importante el acercamiento sustentado que hace el libro en cuanto a la importancia de un embarazo saludable para propiciar un ambiente sano para el desarrollo de las neuronas de ese feto y, cómo lo contrario puede afectar negativamente la capacidad neurológica de ese(a) niño(a). De hecho, uno de los estudios citados relaciona los Problemas de Habla y Lenguaje con la forma en que se haya desarrollado ese embarazo.
Se señala que existen diversos factores que pueden resultar en una alteración en la capacidad de aprendizaje que tenga el(la) niño(a) como: (1) malnutrición materna; (2) uso de drogas; (3) pobre calidad de aire y agua; (4) infecciones; (5) visitas a proveedores capaces; y (6) medicamentos. Nuevamente, todos estos factores están íntimamente relacionados a la pobreza.
Luego, y encaminándonos un poco por las etapas de crecimiento de ese ser humano, tenemos entonces a esos infantes y andarines (menores de 0-5 años), que siguen creciendo y desarrollándose bajo el nivel de pobreza. Generalmente, esta población se desarrolla en hogares donde los padres desconocen sobre sus condiciones específicas, suelen tener poco acceso a la interacción con adultos en esas etapas primarias tan importantes para el desarrollo del lenguaje, muy pocos reciben estímulo de lectura, muchos se crían en ambientes con ruido excesivo y distracciones, entre otros factores.
Además, la pobreza puede propiciar que estos menores no sean referidos oportunamente para recibir los servicios disponibles. Y, una vez transcurre esa etapa, ya ese menor va nadando en contra la corriente. Otro factor importante que se menciona y que me parece vital es que, a estas edades, al ser la educación un servicio de carácter voluntario, el diagnóstico y la atención a dichas condiciones, suele llegar tarde, ya que esos servicios no son accesibles para las familias pobres y/o simplemente no tienen conocimiento de ello. Como consecuencia, esos(as) niños(as) que sean matriculados en la escuela a los cinco (5) años aproximadamente, no recibirán el diagnóstico específico, las intervenciones apropiadas, y el tratamiento adecuado y significativo oportunamente. Por tanto, no podrán desarrollar una base sólida para, por ejemplo, leer, escribir y comunicar.
Y, nos vemos forzados en continuar con esa línea de pensamiento en cuanto a ese estudiante que va creciendo, con las diversas condiciones que eventualmente va a ir manifestando, principalmente Problemas de Habla y Lenguaje.
Particularmente, si ese infante no desarrolló habilidades del habla, este va a presentar factores de riesgo que afectarán su capacidad de aprender, ya que no cuenta con las destrezas mínimas necesarias. Esto, a su vez, causa que comiencen a experimentar fracasos a temprana edad. Asimismo, desarrolla poco estímulo, ausentismo, rechazo de sus pares, baja autoestima, problemas de disciplina, entre otros. Todo ello tiene la consecuencia eventual de que, con mayor probabilidad, resulta en mayor deserción escolar, mayor delincuencia y, por ende, mayor pobreza. Esto se va convirtiendo en una bola de nieve que no parará de crecer.
La mayoría de los estudiantes que siguen este patrón, a pesar de que tienen capacidad e inteligencia, han crecido escuchando que el problema son ellos, y suponen que no serán capaces de lograr hacer algo productivo en la vida. La reglamentación en cuanto a la Educación Especial requiere que, a partir de cierta edad, el Programa Educativo Individualizado (PEI) establezca los servicios transicionales para lograr metas postsecundarias en educación, adiestramiento, empleo o vida independiente. Esto es sumamente importante que se impulse y se lleve a la práctica, porque le va a permitir a ese estudiante que identifique para lo que es útil y el mundo de opciones que tiene ante sí. Además, el hecho de que puedan participar de experiencias prácticas es importante, ya que muchos de los estudiantes que se crían bajo el nivel de pobreza nunca han tenido vivencias directas con el mundo.
El asunto de la pobreza no solo afecta directamente la máxima de que la educación sea pública, gratuita y apropiada. También tiene efectos indirectos. Por ejemplo, parte de lo que se propende es que los padres tengan garantías procesales como, por ejemplo, el consentimiento parental que se requiere para el proceso de las evaluaciones. Sin embargo, es vital que se tomen en consideración los criterios de pobreza, escolaridad y capacidad de esos padres. Muchos de ellos, no están conscientes de las necesidades particulares respecto a la educación de su hijo(a) o no entienden el proceso ni la condición de estos. Así, a pesar de que se les asegure “participación en el proceso”, ello no garantiza que estos sean capaces de, en efecto, salvaguardar el bienestar de sus hijos específicamente en términos educativos.
Por último, concuerdo con la recomendación de las autoras, en que se deben realizar esfuerzos más concertados para fortalecer los servicios a los infantes y andarines, para atacar la situación desde su raíz e ir capacitando y atendiendo las necesidades particulares de ese estudiante. Asimismo, entiendo que el primer paso para que se desarrolle política pública que propenda al desarrollo pleno de nuestros estudiantes, no solo de los que pertenecen al Programa de Educación Especial, es un proceso de aceptación. Aceptar que la pobreza permea en todo el sistema educativo. Sin la aceptación, estaremos fundando esos esfuerzos en arena y sobre cimientos que no contemplan la realidad de la educación en nuestro país.
* Esta reseña corresponde a la participación de la autora como panelista en el Conversatorio sobre el libro: El Derecho Constitucional a la Educación Especial, celebrada el 18 de junio de 2026 en el Colegio de Abogados y Abogadas por la Comisión de Educación Sin Barreras del Siglo XXI.
** La Lcda. Wendolyn Torres Rivera es abogada-notaria, Celebrante de Matrimonios e Intercesora Profesional de Educación Especial. Es miembro de las Comisiones de Deportes, de Educación sin Barrera-Rosa Lydia Vélez y de Abogados y Abogadas Jóvenes del Colegio de Abogados y Abogadas de Puerto Rico. Actualmente, es copresidenta de Tu Espacio Legal LLC, en donde maneja casos civiles, incluyendo familia, sucesiones, contratos, corporativos, administrativos, entre otros.
[1] Const. PR art. II, § 5.
Miguel Francisco Marrero Sánchez
Presidente de la Comisión de Tecnología
Dra. Angélica M. Rosario Santos
Colaboradores: Hernando Mattei PhD. y Luis Pericchi PhD
Dra. Yanira Reyes Gil
Lcda. Wendolyn Torres Rivera