Con algo de retraso por una sequía de colaboraciones y la espera obligada por la generosidad de los que han querido apoyar este proyecto, comparecemos ante ustedes una vez más.

Abrimos con mi homenaje póstumo a un amigo personal, colaborador consecuente de esta revista y, sobre todo, colegiado comprometido con los valores de nuestra institución.

Le sigue una reflexión de una compañera muy sentida acerca del deterioro ético en el ejercicio de la abogacía.

Y de ese ejercicio profesional también nos habla nuestro presidente en nota cautelar sobre el deterioro emocional que este puede causar y lo que debemos hacer al respecto.

En tema de actualidad social y jurídica, una académica conocedora del derecho de propiedad nos llama la atención acerca de la situación de los alquileres a corto plazo en sectores residenciales sujetos a servidumbres en equidad restrictivas.

Con base en reciente actividad sobre el tema de la propiedad intelectual, uno de sus participantes puntualiza las nuevas formas de crearla, aumentar su valor y protegerla.

De la experiencia personal de este editor como viajero frecuente surge la denuncia de la falta de elementos de seguridad en baños de alojamientos de todas clases, como fuente de responsabilidad civil por daños a los huéspedes.

El humor – en clave de lo absurdo que mueve a la reflexión – se hace presente nuevamente en la continuación de la serie del compañero colaborador consecuente.

Y, como siempre, mis dos letras para los aspirantes a mejorar su redacción.