Hoy conmemoramos una fecha que tiene su génesis en el 8 de marzo de 1857, cuando miles de mujeres trabajadoras de textiles decidieron salir a las calles de Nueva York para protestar y reclamar mejores condiciones laborales.
En el 1975 la Organización de las Naciones Unidas declaró el Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo. Dos años más tarde se convirtió en el Día Internacional de la Mujer y la Paz Internacional. El 8 de marzo de 2021, Día Internacional de la Mujer, nos provee una oportunidad nueva para reconocer y honrar a las mujeres que, en Puerto Rico y todo el mundo, han laborado y siguen laborando con gran sacrificio, valor y perseverancia para adelantar el bienestar de sus seres queridos, comunidades y del mundo.
Al presente, tenemos el ejemplo de mujeres abogadas que día a día con sus conocimientos, destrezas y desde distintas posiciones, unen sus esfuerzos y talentos para luchar por una sociedad más justa, dando un ejemplo de dedicación que nos inspira. Más aún, mujeres de todas las profesiones, oficios, administradoras del hogar, madres, esposas, hijas, abuelas, hermanas, amigas, etc., todas han aportado grandemente al fortalecimiento de nuestra patria. El Colegio de Abogados y Abogadas de Puerto Rico y el país en general esta asimilando el cambio generacional y respondiendo a los nuevos retos profesionales, sociales, políticos, económicos y de servicio. Debemos reconocer y agradecer a todas las mujeres que están rumbo a su retiro luego de dejarnos vidas productivas al servicio de la igualdad, la justicia, la equidad y la inclusión.
En estos tiempos de pandemia, provocada por el virus COVID Sars-19, hemos tenido que asumir distintos roles, incluso varios al mismo tiempo. Si bien hemos estado muy conscientes de la brechas sociales, económicas, culturales, políticas, patriarcales, entre otras, la pandemia las dejó al descubierto. Por ello, el rol de la mujer abogada es fundamental en la lucha cuando se vulneran los
derechos.
Hoy, 8 de marzo de 2021, como presidenta del Colegio de Abogados y Abogadas de Puerto Rico y a nombre de nuestra ilustre institución, reconozco y felicito a todas nuestras compañeras abogadas, mujeres valientes y trabajadoras que componen un gran número de la parte actora principal en la consecución del acceso a la justicia, ejemplos reales de trabajo y perseverancia para nuestro país y nuestros pares. Felicito, además, a todas las mujeres en nuestro país, en especial a nuestras empleadas en el CAAPR, pues a través de la solidaridad con nuestro pueblo, han dado cátedra, aportando grandemente en la lucha por la justicia, la equidad y el respeto. Situación que sirve de inspiración para todas y todos. Reciban un fraternal abrazo.